"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Wednesday, December 31, 2008

LOS MECANISMOS DEL PODER


por
Camilo Ramírez Garza

Dos son los mecanismos que el poder –sabiéndolo o no- utiliza para mover a las masas a inclinarse en su favor: el miedo y la desmoralización. El objetivo: que la gente no piense y no haga nada paralizada por el miedo, así como que no crea en nada.

Recientemente escuchaba en la radio a un comentarista, quién se presenta como editorialista, referirse al próximo período electoral del año entrante: qué si se vuelve a lo mismo: oír propuestas de campaña que no se cumplirán, que si la excesiva propaganda y la demagogia, etc.

Dicho mensaje, aunque se pretende crítico, quién lo enuncia no puede advertir que su mensaje participa (sirve) de aquello que a lo mejor quisiera atacar: las triquiñuelas laberínticas del aparato político (fraudes, enriquecimiento, impunidad, etc.) Más que hacer tomar conciencia en los ciudadanos los sume aún más en la indiferencia y en el enfado a priori de cualquier participación activa en la vida que a todos nos concierne de “la cosa pública” desde lo más próximo y elemental, como es la cuadra en donde se vive, la colonia, el distrito, el municipio, la ciudad, hasta el estado, el país y el mundo.

A eso se refiere la desmoralización como mecanismo del poder o de los micro poderes que van surgiendo de los discursos que tejen nuestra cotidianidad social, que como diría la raza “el mal viaje” que funciona como pre-juicio a-critico –perdón el pleonasmo- de que toda la política son “puras cochinadas” y que siempre es lo mismo y que nada se puede hacer. Semejantes ideas desarman al ciudadano ante sus obligaciones y derechos, lo cual hace que el poder político pueda “hacer y deshacer” al cabo y que los ciudadanos están desmoralizados y no creen en nada ni en nadie; andan como locos, entre los trastornos que la psicología y la psiquiatría ofrece: depresión, déficit de atención, estrés, burn-out, trastorno bipolar, adicciones, trastornos alimenticios, etc. buscándose sentidos de vida en lo que ofrece el mercado. Lo curioso es que cada uno de estos síntomas y padecimientos actuales posee una intima relación con la forma en la que se vive y convive, principalmente de la mano del mercado y la biopolítica. En vez de que alguien se pregunte ¿Cómo es que dicho problema que tengo se relaciona con la forma en la que vivo en familia, sociedad, raza, etc.? La mirada se dirige hacia el cuerpo, úntese esto, tómese esto, ajuste la dosis, aumente más medicinas, nunca descansar. Se aprisiona la palabra: hoy vivimos los tiempos de los trastornos atrapados en el cuerpo, de las palabras que quedan secuestradas en los cuerpos cansados que andan por todos lados.

Semejante contexto se une al miedo que de la inseguridad se desprende: nadie quiere saber nada, nadie quiere alzar la voz, decir nada, la vida es tan preciada, solo unos cuantos denuncian, hacen algo. Esto aunque sea tema siempre presente en la sobremesa de cualquier reunión: robos, fraudes, secuestros, extorsiones, etc.

Me parece que si algo debemos hacer cada ciudadano es seguirle la pista a aquellos que fueron electos para su puesto, cuestionarlos y pedirles cuentas. Existen diversos medios de monitoreo de cada diputado local y federal: que propuestas han hecho, que implica cada una de ellas. La era del ciberespacio y las telecomunicaciones nos han permitido acortar las distancias, podemos usarlas. Dichas medidas de entrada nos permitirían tomar una posición activa en la solución de nuestra salud mental social y personal, que para el caso no hay mucha diferencia entre una y otra. Los padecimientos psicológicos y psiquiátricos no tienen que ver solo con el cerebro, sus genes y la infancia, sino con las condiciones de vida que van tejiendo los contextos en donde vivimos, trabajamos, en última instancia en la producción de nuestro espacio vital en donde amamos y odiamos. ¡Muy feliz año Nuevo 2009!

camilormz@gmail.com

Friday, December 05, 2008

EL OBJETO DE LA MÚSICA

Esa incesante compañera


por
Camilo Ramírez Garza*


La música. Impulso vital, arte desmaterializado que se lanza al humano en un torrente de sonidos con ritmo, silencios y acordes; ha tenido diversos objetos ¡Siempre los mismos! Siempre se trata del deseo, del amor, la sexualidad y la muerte.

Al ser un arte, la música tiene la potestad de recoger la expresión de los efectos de los dramas que en algunos momentos han arrebatado el sueño a la humanidad haciéndola salir de su letargo, hiriéndola de muerte por el amor.

La música no solo se escucha con los oídos, sino con todo el cuerpo, tal como lo ha dicho Frederich Nietzsche, la música se escucha con los músculos. Crea una atmósfera hace surgir el cuerpo y constituye un grupo.

Todavía tengo fresco el recuerdo, siendo un niño de seis años mis padres me inscribieron en clases de música. La maestra, una extranjera, de origen Suizo con algunos problemas para conjugar bien los verbos. Lo cual imprimía más encanto y misterio a la clase: el escucharla no explicarse bien en castellano, embrollarse y enredarse con el idioma -¡como nos divertíamos cuando espontáneamente decía una mala palabra!- Pero las cosas cambiaban cuando tocaba el piano, entonces se veía radiante, hermosa, imponente, comunicando algo con toda intensidad, entonces el idioma no era problema.[1] Sus manos largas y huesudas golpeando con firmeza las teclas del piano, mientras con el torso bien derecho, balanceaba su cabeza enmarcada con una gran sonrisa y sin perder ningún detalle de la pieza.

Al entrar a la sala donde la maestra Ursula se encontraba, todo era una atmósfera compuesta por aromas y sonidos llenando el espacio, que uno sentía que lo abrazaba. Las fragancias estaban compuestas de una mezcla de brea con la cual las alumnas –entre ellas mi hermana- fregaban las cuerdas del arco del violín, así como los múltiples sonidos de las diferentes flautas y guitarras, al ritmo de la voz de un, dos, tres, cuatro…

Viento, cuerdas y algunas percusiones se fusionaban con los aromas creando un sabor, haciendo que uno no solo escuchara la música sino que la probara. Tres veces a la semana saboreábamos esa música.
Pero la actividad no era fácil, pues la maestra extranjera era igualmente exigente. Un, dos, tres, cuatro…una y otra vez, práctica tras práctica. Los dedos, pulmones, brazos y cuello… ¡uno terminaba exhausto! Por aquel entonces también practicaba futbol americano, karate, natación y atletismo. Pero no recuerdo terminar tan cansado como después de la clase de música, así como satisfecho.


Hace poco una madre de familia de me decía que estaba molesta y preocupada por la costumbre de su hijo de llevar siempre su Ipod a todas partes: “Ya no platica con nosotros. Solo anda con nosotros, pero no platica con nosotros como antes. Ahora todo es la música”

A lo que le pregunté: ¿A qué creía que se debía que su hijo oyera tanto música?... A partir de tal interrogante me planteé algunas ideas.

La música, al igual que la ropa y el grupo de amigos constituye el soporte de la identidad de un joven, pero también de un niño y un adulto, pues el cuerpo humano tiene la característica de siempre estar en construcción, en cambio, no termina nunca de ser, pues ¡Somos siendo! Como lo plantea Jacques Lacan en el Estadio del Espejo[2] el sujeto (el Yo) se produce en un proceso de identificación, cuando asume una imagen. Imagen que está afuera de sí, es especular, viene del otro.

Mientras que para el humano la ropa constituye una zona erógena, pues es un objeto que como la pulsión está en el terreno límite entre lo somático y lo psíqiuco.[3] Pues la ropa no solo viste al cuerpo sino también lo constituye, no solo es la ropa para el cuerpo sino un cuerpo para la ropa. Del dicho “El habito no hace al monje” Lacan lo trastocará diciendo: “El habito ama al monje”

La música –junto a la ropa y al grupo de amigos- crea eso sintomático que le da consistencia al cuerpo, es decir, atmósfera, una presencia constante. Como esa voz de la madre que una vez que aparece se hace presente y constante, al grado de exclamar en algunas ocasiones “Casi oigo a mi madre decirme: te dije que….”, no solo en lo que dice, sino en el tono, el timbre y tesitura.

Esa voz será constitutiva de la ficción del mundo interno, de los pensamientos. Su etimología proviene del latín tessere que significa “tejer”.El italiano lo tomó del latín textura derivado de “téxere”. [4] La voz crea un tejido de sonidos y significados en los cuales surge y transita el sujeto, surgiendo lo simbólico que nos constituye como humanos. De ahí que Lacan plantee que: “El hombre no piensa con su alma, como lo imagina el Filósofo. Piensa porque una estructura, la del lenguaje – la palabra lo implica – porque una estructura recorta su cuerpo y nada tiene que ver con la anatomía. Testigo la histérica.” –planea Jacques Lacan

La música es el vínculo con la divinidad, así como con la madre. Por eso se decía que los cantos de las sirenas encantaban a los hombres en alta mar… ¡La voz femenina suscitando el deseo! ¡Encantando! Tal como para la cristiandad la mujer confabulaba con el diablo, suscitando el deseo en los hombres. Podríamos hipotetizar en ese sentido ¿No será que en la llamada violencia familiar hay algo de “eso” que encantaterra[5] del deseo femenino, que se pretende “hacer callar” mediante golpes e insultos, eso que provoca, que hace desear, que problematiza la existencia?... ¡¿Qué desea una mujer?!

De ahí la referencia equivalente por homofonía entre “madre” (la mere) y “mar” (la mer) en lengua francesa. Así como la merd (la mierda) objeto pulsional que se desprenderá al igual que el pecho. Ambos objetos parciales de la pulsión, destinados a perderse.

“Decía siempre la mar. Así es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer. Algunos de los pescadores más jóvenes, los que usaban boyas y flotadores para sus sedales y tenían botes de motor comprados cuando los hígados de tiburón cotizaban altos, empleaban el artículo masculino, le llamaban el mar. Hablaban del mar como de un contendiente o de un lugar, o aún un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía remediarlo. La luna -pensaba-le afectaba lo mismo que a una mujer.” [6]

Por ello debió levantarse una estructura como el faro, representante del falo, en relación con la ley (compuesto a base de códigos, como la clave Morse, lo simbólico) algo visual que orientara el rumbo de las embarcaciones y las hiciera llegar a buen puerto, algo que se interpusiera entre el deseo de las ciernas, ¡fundirse en la inmensidad del mar!, y el hombre en tierra firme.

Además de contar cuentos en la noche para aplacar a los hijos, la madre canta hermosas canciones de cuna, en un intento porque su voz permanezca y reintroduzca la paz y el amor en la atmósfera que cobijará a su hijo.[7] Tal como ha planteado el psicoanálisis: el deseo, el amor y la pulsión se introducen por vía de la palabra: esa palabra que es amor y que es dirigida por la madre, el gran otro, a su hijo/a. De ahí que Slavoj Zizek juega con la expresión M(Other).

Por ello no es extraño que en la tradición judeo-cristiana se plantee que Dios es un verbo que se encarna y que además es amor: siendo una palabra que se da al otro. Podríamos decir una palabra amorosa. El amor implica eso: ser una palabra que se regala al otro en calidad de don, de ofrenda amorosa. Cosa diferente sucede en la palabra que suscita siempre la duda[8]: eso que es dicho siempre es puesto en duda, siempre es una trampa: “¿Eso que me dices en verdad me lo dices para engañarme, traicionarme o más bien para…?” Siendo el estilo de escuchar del delirante: posee certeza de lo que el otro le dice: “¡Me odia, me quiere atacar, me persigue!”


Por otro lado, pensemos en la música ambiental, esa música sin mucho chiste que tiene el objetivo de llenar el espacio y tiempo creando una cortina de ruido blanco en un restaurante, centro comercial, sala de espera de algún consultorio médico. Su objetivo es mantener condiciones ideológicas mínimas e impedir que los sonidos incómodos aparezcan, desaparecer (reprimir-desalojar) los ruidos reales del cuerpo y de las máquinas ¡del mundo! Para sustituirlos por música ambiental.

Similar movimiento de la Verdrängung propuesta por Freud como mecanismo base del funcionamiento psíquico, y que se traduce al castellano como represión.[9] En lengua alemana, Verdrängun, posee ambas acepciones: desalojo y sustitución. En este caso se desalojan los sonidos reales para ser sustituidos por simples jingles o por música instrumental.


Recientemente hemos tenido en nuestra ciudad (hasta diciembre de 2008) la excelente exposición de Bob Gruen, afamado fotógrafo de rock Stars, en el Centro Cultural Universitario de la UANL.[10]



En el caso de la música como el Rock and Roll su consagración, tal como lo expresa Gruen, es el concierto, momento casi de arrebatos místicos en donde las divinidades del rock osan acercarse a sus súbditos-fans. Del cual no se puede prescindir, pues es ese momento y espacio donde pareciera que queda suspendido un cierto orden (leyes, problemas, desencantos) Podríamos decir, psicoanaliticamente, que en el concierto de rock se mantiene la ficción momentánea de que la castración y sus efectos desaparecen, manifestándose –sin bordes ni restricciones- una muestra del goce.

En ese sentido el concierto de rock representa una metáfora viviente del cruce entre la vida y la muerte siendo un punto en donde se encuentran un exceso de goce y que desaparece cuando lo cortan y limitan las palabras, eso que Lacan nombró como plus-de-goce[11]: exceso de música, gritos, fans, alcohol, drogas, etc. en una explosión. Pues no hay concierto sin amontonamiento de los fans. Al ver la luz transitando por las cabezas de los fans, éstos han perdido su individualidad, solo son partes de la masa, se han fundido, se han hecho uno, siendo una sola voz que corea las canciones, así como un solo cuerpo. Como cuando en los eventos deportivos, como las olimpiadas una gran masa levanta diversos cartones de colores, haciendo aparecer una sola imagen, un solo cuerpo.

Por ello es imposible no oír música sin no asumir una cierta postura con movimiento-¡nadie se mantiene ajeno ante la música!- que siga el ritmo con la cabeza, con los pies…tocar los instrumentos al aire: pasar de la batería a la guitarra al micrófono. ¡Siendo unos con los músicos! ¡Gozar como ellos! Tal cual se puede hacer en el karaoke, así como en los recientes juegos musicales como guitar hero.

En una ocasión Bruce Dickinson, vocalista de la banda británica Iron Maiden, la cual es una de mis preferidas, decía que su reto y pasión en cada concierto era la de estar al frente de la banda, cantarle a todos, desde el más cercano hasta el más alejado, hasta tener la sensación de poder empequeñecer el lugar donde se congregaron miles al tamaño del pulgar de su mano.[12]

Tal como lo expresa Freud en Psicología de las masas y análisis del Yo el sujeto en la masa cede el lugar de su ideal del yo para que sea ocupado por el líder. Ese otro que soy yo. De ahí las fantasías perversas que se suponen en los Rocks Stars: “Solo ellos gozan plenamente, poseen el dinero que quieren, la fama, las mansiones, los autos, el alcohol, las mujeres…su vida es un goce perpetuo…” casi encarnando excesivamente el padre primordial que solo él podía gozar, mismo que Freud hipotetiza al inicio en la horda primordial en Totem y Tabu (1912-1913)

Ese goce supuesto al Rocks Star desde la posición neurótica es el mismo que se supone a la divinidad –Dios es pleno, lo puede todo, etc.- por eso no es extraño que se rinda culto como si fueran dioses, siendo la música el vínculo, la comunión con dichos dioses. Por ejemplo en algunos conciertos de los Beatles, los fans llevaban enfermos para que ellos los tocaran o al menos posaran su sombra y así ellos podrían sanar.

La idea del goce absoluto si bien soporta toda noción de divinidad (la plenitud, el equilibrio, el saber, etc.) para el humano es por demás absurdo –gozar plenamente todo el tiempo- no por nada hace relativamente poco tiempo surgió en México un grupo parodia del Hevy Metal de los años ochentas: Moderato. Haciendo mofa de la ropa, el maquillaje, los autos, las fans etc. Justamente en tiempos en donde los héroes del rock retornan –hay que decirlo- algunos ya con sus últimos ímpetus, haciendo giras que nunca hicieron…Viviendo tiempos del recuerdo y de reencuentros.

También se presenta un cambio en los conciertos. Principalmente en cómo se está en un concierto, como se vive un concierto: al salir finalmente los músicos al escenario, viendo terminada la espera desde la promoción y la compra de los boletos, los asistentes desenfundan sus cámaras digitales para registrar el espectáculo. Mientas lo hacen algunos mantienen una vista estática en la pantalla, a pesar de tenerlos “en carne y hueso” se les observa mediáticamente a través de cualquier gadget tecnológico. Ahora el placer se organiza en ser el creador de la imagen y el video, con la cual nos lanzamos, como Edipo, al lago del ciberespacio: quedando encantados con nuestras propias imágenes, buscando respuestas a las preguntas sobre ¿quién soy? ¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué deseo? ¿Cómo me veo?....

Mismo que posiblemente será subido a la red para ser visto una y otra vez. Haciendo del evento ya un recuerdo antes de vivirlo. Apareciendo el suceso como viejo desde el inicio, con cierta nostalgia[13] antes de que empiece. Por eso no es nada extraño que uno de los síntomas actuales sea la desmemoria: hay una urgencia por la novedad (con los efectos benéficos que implica para los mercados, por supuesto) en ese sentido el olvido es inminentemente necesario; hay que desarraigar al sujeto de sus recuerdos antes de que estos se presenten, la estrategias subjetiva: hacerlos pasado desde el inicio cuando surgen. Como se ha dicho de las fotografías y los videos, éstos ya son tiempo pasado, pues al registrar algo, un breve instante, la foto y el video son ya testimonio del paso inminente del tiempo.

A pesar de que ahora se toman demasiadas fotos y video, de que hay más imágenes entre un suceso y otro, hay la sensación de que el tiempo transcurre más rápido a toda velocidad. El tiempo humano es esa cosa extraña que entre más se desee detener, aprovechar, etc. más se nos escurre. La propuesta tal vez sería retomar algo de la experiencia de la lentitud, a la manera en al que se degusta un buen vino. Pues saber y sabor comparten la etimología latina sapere “conocer” “saber y sabor” “Tener inteligencia” “Tener buen gusto”

Pues la música es una experiencia que se debe probar, saborear, es decir, arriesgarse a quedar tomado por ella. Tal como otra experiencia, como lo es la experiencia psicoanalítica lo muestra.

Monterrey, Nuevo León.
11 de noviembre 2008

* Psicoanalista, escritor. Profesor y supervisor en la Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Nuevo León. Licenciado en Psicología (UANL) Especialidad en Psicoterapia (UANL) Maestría en Psicología Clínica (UANL) Doctorando en Artes y Humanidades (ICAHM) camilormz@gmail.com Miembro de Anemos, clínica psicoanalítica. Coordinador Comisión de Salud Mental. Sociedad Mexicana de Criminología, Capítulo Nuevo León. www.somecrimnl.es.tl
[1] Así como se ha planteado en muchas ocasiones que de comunicarnos con seres extraterrestres el idioma que hablaríamos serían las matemáticas, en clara alusión a la visión de Galileo Galilei acerca de que el libro del universo está escrito en lenguaje matemático. La música también prescinde de las barreras de las lenguas.
[2] Lacan, J. (1949) Estadio del espejo como formador de la función de Yo (Je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica. México: Siglo XXI, 2003 vigésimo segunda edición en español, 2005
[3] Freud, S. Tres ensayos de teoría sexual. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
[4] Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
[5] Neologismo confeccionado por Camilo Ramírez Garza, para la conferencia sobre suicidio: ¿Qué es lo que encantaterra? (22 septiembre 2008) Se refiere a esa doble dimensión de lo siniestro u ominoso -que fascina y horroriza a la vez- que Freud nombró como Unhemlich (lo no familiar) Cfr. Freud, S.(1919) Lo ominoso. Buenos Aires: Amorrortu. Obras Completas. Tomo XVII, p.215. Eso que por ser tan familiar, tan próximo, representa algo traumático para el sujeto, de ahí que experimente que eso “le viene de afuera” de la otredad que no es más que la mismidad. Como reza la canción de Timbiriche: “Tu y yo somos uno mismo” es decir, tu y yo somos yo.
[6] Ernest Hemingway “El viejo y el mar” 1952.
[7] El desaparecido grupo español Mecano, con su canción “Hijo de la luna” expresa un pacto gitano entre una madre y un hijo largamente deseado.
[8] Lacan, J. Seminario 3 Las psicosis. Buenos Aires: Paidós. En francés madre y mar son palabras homófonas. La mer (mar) La mere (madre) así como La merd (mierda)
[9] Cfr. Freud, S. (1894) Las neuropsicosis de defensa. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu. Tomo III, pág. 41.
[10] http://www.bobgruen.com/
[11] Función de la renuncia al goce por efecto del discurso. Posibilitando el surgimiento del objeto a (el objeto causa de deseo) ese vacío primordial por el objeto perdido, que es condición para que se desee algo
[12] Cfr. Metal: A Headbanger journey (documental) (EUA,2005) Sam Dum http://www.metalhistory.com/
[13] Nostalgia proviene del griego nostos (retorno o regreso) y algos (sufrimiento) “el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar”[13], un deseo sin realizar. Cfr. Kundera, M. (2000) La ignorancia. Ed. Tus Quets, p.11.

Tuesday, November 04, 2008


La sabiduría popular es un "saber hacer" que circula através de los juegos de palabras: dichos, refranes, madreadas, adagios, chistes, poesía, música...intentando revelárnos algo de lo que somos, hacemos y amamos.

Monday, October 06, 2008


LAS ESTRATEGIAS DEL MIEDO

por

Camilo Ramírez Garza

La actualidad se organiza entorno al miedo: miedo a la muerte, al envejecimiento, al desempleo, al crimen (robo, secuestro, asesinato, etc.) Constituyéndose de tal forma, el miedo como una constante, hace pensar que andar con cierto grado de tensión y estrés se ha convertido en signo de normalidad ciudadana.

El miedo para el humano, como muchas otras cosas, no es natural, sino aprendido, inscrito culturalmente. Al haber perdido toda regulación instintiva, se está a expensas del aprendizaje. Por otro lado, habría miedos que hacen levantar la guardia y estar más atentos a los peligros, el llamado miedo señal, mientras que otros se presentan irrumpiendo cualquier noción imaginaria de seguridad, paralizando, angustiando; para los cuales no hay palabras, no se encuentran las formas de lidiar con ello en primera instancia.

Independientemente de uno u otro, me interesa abordar en este breve espacio respecto al uso del miedo como estrategia en el ámbito sociocultural, tanto por los mercados, medios de comunicación (¿sería más correcto ahora nombrarlos como miedos de comunicación?) y las autoridades de gobierno.

El miedo apunta hacia la pérdida de la seguridad más elemental: de vida, salud, económica, etc. El derrumbe de la pirámide planteada por Maslow.

Planteándose la idea de las pérdidas justamente en un contexto organizado por el capital en el que las posesiones redundan en “ser los baluartes” de las fortalezas que darían la ilusión de que “no pasa nada” se dinamizaría el mercado de una manera autorregulada por el miedo, en donde su lógica sería: “de haber menos ganancias lo que hay que hacer es reintroducir el miedo -y en mayores dosis- a fin de que se desaten las compras”, pues son ellas las que intentan reintroducir la seguridad, vía la adquisición y consumo de una posesión con la cual el sujeto vendría ha cubrir su inseguridad, darle la ilusión de completud, ser totalmente…

En el caso del ámbito político, introducir el miedo una y otra vez es una estrategia muy socorrida, asó como efectiva ya no solamente en tiempos de elección sino todo el tiempo, pues facilita el manejo de las masas. Ahora lo que está en juego no es la lógica o idoneidad de una determinada propuesta dentro de un grupo de propuestas, lo que implicaría discernir y dialogar, sino la propia seguridad, las propias pérdidas. Ante lo cual el ciudadano poco reflexiona y más actúa movido por le miedo contingente de perderlo todo. Pero igualmente como en el mercado, que plantea el miedo solo cuando nos dice que tiene un producto con el cual acabar de una buena vez con ese miedo. Como los clásicos comerciales de diálogos clichés, como: “Está usted cansado de…” “Es usted de las personas que viven atemorizadas por…ya no sufra, no tema, etc.”

Dicha estrategia del miedo además de producir estresores en aquellos que no resisten a su influencia, vía el diálogo, el análisis y la reflexión, terminan por ser “presa fácil” al contagio de una colectividad que se presenta desde hace un tiempo, más radical e impulsiva, llevando a proponer la legitimidad de mayores penas o la pena de muerte, pérdida de las garantías individuales (privacidad, confidencialidad en registros médicos, telefónicos, etc.) a fin de que los gobiernos investiguen, incluso, realizando algún tipo de espionaje por encima del estado de derecho. Bajo la bandera de la defensa de la seguridad. Pero ¿Cómo es esto posible? ¿Para tener más seguridad se debería ceder justamente algo que tiene que ver con la seguridad, como lo es la vida privada, los registros telefónicos, médicos, bancarios, etc.? ¿Tener cuerpos de élite perversos: que operan fuera, pero con el patrocinio de la ley, similar al anti-héroe de Marvel The Punisher?
Nota: Imagen tomada de EL NORTE.com 11 junio 2007.

Monday, September 22, 2008


"Chabelo es un claro ejemplo que confirma las teorías de Sigmund Freud referente a la existencia de la sexualidad infantil"

Camilo Ramírez Garza

Tuesday, September 09, 2008

¡YA MIJITA, VETE AL BOSQUE!


por
Camilo Ramírez Garza

Frase de cierre de un comercial, como al menos tres que hemos visto o escuchado, dónde se hace referencia a un parque de diversiones para niños y jóvenes.

Más allá de comentar la estrategia de mercado con la cual se ofrece un producto, como lo son las atracciones de un parque de diversiones; ver si es adecuada, impactante, etc. Me interesa comentar referente a lo que dichos comerciales muestran: eso que está presente en la cultura que es tomado por la estrategia publicitaria, a la manera de un síntoma: algo que porta un saber sobre algo que es propio y compartido. A la manera de Interpretación de los sueños y Psicopatología de la vida cotidiana de Freud, tomemos el comercial como síntoma que plantea interrogantes, cifrando de una manera visual ciertos elementos, que, anudados, portan saberes sobre nuestro contexto social-compartido. Que en el caso de un comercial tiene que ser breve y eficaz. Lo mismo que comenta Freud referente a lo chistoso, citando a Shakespeare:

“Puesto que la brevedad es la brevedad del gracioso ingenio,
y la prolijidad de su cuerpo y ornato externo,
seré breve
[1]


En el primer comercial, una niña para divertirse asusta a su madre diciéndole: ¡Una rata! ¡Una rata!, la madre responde con una amenaza que nunca llegará: “¡Deja que ti-agarre!” A lo que la niña contesta con una petición, no menos chiflada, de “ya `amá, era broma” Finalmente la madre responde diciendo con la frase que nos sirve de título.

En otro comercial una niña se queja diciendo: “Ya estoy aburrida de karaoke” -Dicho sea de paso llama la atención su perfecta articulación k-a-r-a-o-k-e. A lo que el padre le propone un concurso igualmente absurdo que se ha sacado de la manga: “Vamos a ver quién grita más fuerte” la consecuencia: suenan las alarmas de los carros circundantes. La madre en claro tono de contención de toda su furia les sugiere-ordena: “Y si se van al bosque”

Otro más muestra a un joven en el extremo de la inutilidad y desquehacerada búsqueda de problemas y dificultades en su casa: se muestra incapaz de cuidar a su hermano pequeño quien llora desconsoladamente, juega con la pelota a dentro de la casa hasta que finalmente quiebra un jarrón. Ante lo cual la madre dice, haciendo un gesto de “a fuera” Mientras le dice: “Al bosque” Él sale, se encuentra con dos amigos a los que saluda y dice a manera de sugerencia-consolación de ni mido: “Al bosque”


Tal como nos propone el método psicoanalítico, tomemos lo más obvio, lo que está a la vista, el Inconsciente que transita y atraviesa el discurso.

¿Quiénes aparecen en los comerciales? Los tres comerciales muestran a hijos y a padres, por un lado y al bosque por otro. De tal forma que los personajes son: papá, mamá, hijo, hija y bosque. En ese sentido, son comerciales que platean “algo” sobre las relaciones sobre los padres e hijos. No en sentido total y explicativo, como quien hace un tratado de qué es la relación de padres e hijos hoy en día. Lo cual sería imposible, y hasta cierto punto sesgado. Pues al hacer historia, definiciones, descripciones y categorizaciones siempre se está en la antesala a encuadrar algo, quitarle su dinamismo, su devenir, sus avatares cotidianos, por lo tanto se hace difícil operar efectivamente en eso que consideramos el tejido de nuestra realidad. Tomando un breve pero paradigmático momento de dicha relación, en el que están condensados ciertos elementos de las relaciones entre padres e hijos, por un lado y en relación con el mercado por otro.[2]

Por ello un comercial puede mostrar más cabalmente, así “entre broma y broma…” a la manera de un Witz[3] eso que funge actualmente como síntoma, que en este caso sería el cómo un padre y una madre (e igualmente maestros, autoridades, políticos, etc.) encaran “eso” con lo que no pueden lidiar y que prefieren “enviarlo al bosque” o más bien al bosque de la chin...na! que representa el mercado: una salida.

Por otro lado ¿Qué es el bosque? El bosque representa la salida vía el mercado de para lidiar con “eso” intolerable, que desespera. Que aquí la cuestión no sería de índole moral: ¿Cómo es que los padres no educan a sus hijos? Que tampoco estaría nada inadecuado considerarlo. Sino de mostrar de entrada a unos padres que son incapaces e impotentes, en tanto autoridad, y que prefieren comprar la tranquilidad, con lo cual se muestra un lado perverso en ambos personajes (padres e hijos) ninguno de los dos quiere enfrentar nada, el desgaste del diálogo, de la negociación que implica la educación, sino la salida aparentemente más fácil: “si me causas problemas, vete al bosque; seguramente solo me saldrá en unos cuantos pesos”

Dicha expresión retoma un dicho-cliché de un payaso local quién gustaba decir: “Compra un bosque y piérdete” como forma de enviar al carajo, deshaciéndose de quién contrariara los propios intereses.

Con esto no planteo que no haya que ir al bosque o a cualquier otro lugar, sino la marca constante de resolver las cosas vía la lógica del mercado: “si tienes un problema ve a la tienda a ver que hay” pues habría situaciones que no se resolverían comprando cosas, sino haciendo. A diferencia de lo que el mercado muestra e intenta sugerir: “todo tiene una solución vía el mercado: compra, consume, ingiere, etc.” a la manera de “compro, luego existo como usuario”
Aparece lo que muchos han gustado en llamar, un superyó postmoderno que establece su mandato inmodificable: ¡Tienes que gozar! ¡No te está permitido sufrir! Goza, goza…a seis, doce, trece…meses sin intereses. ¡Goce ahora y pague después!

Así, aparentemente se vive en un contexto de libertad, pero ello sería solo ilusorio, pues dicho mandato superyócio reforzaría aún más el control del sujeto, imponiéndole a toda costa gozar sin restricciones ni limitaciones, sin freno ni regulación (que sería más bien la lógica del deseo que parte de la carencia y la imposibilidad) con lo cual se produce la angustia y la necesaria tentativa de encontrar limites y bordes que estructuren la vida, siendo un soporte vital.[4]

De ahí que los padres que aparecen en dichos comerciales son padres negligentes, en tanto que desean darles a sus hijos lo que desean (¡Ya me aburrí de karaoke! Bueno, ahora vamos a jugar a ver quien grita más fuerte!) Por lo tanto están al servicio de sus hijos: ellos son quien en realidad controlan a sus padres, rasgo muy actual. Los padres actuales siendo efecto de una generación de padres conformados entorno a la figura parental de autoridad (tanto de madre como de padre) parece que se han hecho un pasaje al discurso del mercado, de los expertos y especialistas. Así para solucionar dichas situaciones les compran algo para deshacerse de los problemas que causan.


A diferencia de como otrora se resolvieran las cosas a partir de lo qué dichas situaciones plantearan: ¿Qué hace el niño(a)? ¿Qué podría ser? ¿Cómo le hago para encarar eso? había que ingeniárselas con los hijos más que enviarlos a otros lados (bosque, psicólogo, maestros de apoyo, etc.)

Podríamos decir que dichos comerciales giran en torno a “no hacerse cargo de los hijos” para que otros –el mercado- se haga cargo de ellos. Y vaya que en un parque de diversiones tiene que haber un mínimo de orden: comprar el boleto, hacer filas, usar adecuadamente cada espacio, cada instalación, etc. justamente para poder seguir jugando, divirtiéndose; siendo la lógica del deseo, que dictaría algo como “si quieres jugar y divertirte, tienes que seguir ciertas reglas que te permitan disfrutar” A diferencia del goce que sume en la angustia, pues se pretende disfrutar sin bordes, lo que aparece es como en el sueño de angustia: una satisfacción tan intensa y directa de los deseos, es una pesadilla. De ahí que la sabiduría china advierta “¡Ten cuidado con lo que deseas!” así como reza la maldición gitana: “¡Qué se te cumplan todos tus deseos!”

Con lo cual se apreciarían dos posiciones: la de la casa en donde aparece la no corrección, sino la lógica de “me causas problemas, entonces vete, no puedo contigo” Pero he aquí que ha surgido una nueva respuesta: “mandarte al bosque” Como ahora incluso se ha planteado con la construcción del nuevo estadio: los padres al estadio y los hijos al bosque. La cuestión elemental sería y ¿Cómo se piensa que regresen esos hijos? ¿Qué circuito perverso se ha instalado? ¿Hacer cosas para que mejor me envíen al bosque?

Cada sociedad tiene los ciudadanos que se merece, es decir, que produce, así que lo que apreciamos también en dichos comerciales es una muestra de las diferentes posiciones subjetivas tanto de padres e hijos. Finalmente ¿Qué problemáticas se producirían de tales cuestiones?

* Psicoanalista. Profesor y supervisor Área Clínica. Facultad e Psicología. Universidad Autónoma de Nuevo León en Monterrey, Nuevo León, México. Miembro de la Sociedad Mexicana de Criminología, Capitulo Nuevo León. Donde funge como secretario de la comisión de Salud Mental. Miembro de Anemos, clínica psicoanalítica. camilormz@gmail.com
[1] Citado por Freud (1905) El chiste y su relación con lo Inconsciente, pp.15. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu, 2000
[2] (Cfr. Capítulo VII Sobre la psicología de los procesos oníricos. En Freud, S. (1900) La Interpretación de los sueños. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu, 2000. Tomo IV y V.
[3] Witz es la palabra alemana con la cual Freud aborda las laberínticas relaciones entre los deseos y eso que se presenta en el humor, la gracia, agudeza, esas situaciones chistosas, jocosas. Cfr. Freud, S. (1905) “El chiste y su relación con lo Inconsciente” Obras Completas. Tomo VIII. Buenos Aires: Amorrortu.
[4] El día de hoy 15 de septiembre 2008, apareció en la prensa escrita en Monterrey, Nuevo León, México. Un fatal accidente en donde una niña pequeña perdiera la vida al saliera proyectada del parabrisas de un automóvil, debido a que su padre manejaba alcoholizado a exceso de velocidad., llevando a su familia. De ello podríamos decir que el no freno del padre para beber y manejar, es decir, la no regulación de su pasión por la bebida, le han hecho perder a su bebita. Por la bebida pierde a bebita. Como asalta a la vista entre bebida y bebita se produce un efecto de sentido metonímico. Que como bien dice la sabiduría popular “Estaba más presto para la botella que para la batalla” o también por la botella a perdido la batalla

Wednesday, September 03, 2008

PSICOLOGÍA DEL AMOR

por
Camilo Ramírez Garza

Al abordar el Amor, no se trata de reducirlo a una serie de nociones ya dadas que “explicarían” que sucede para que alguien se enamore, como desde hace algunos años se habla de “fisiología del amor” “química amorosa” “aspectos psicológicos del enamoramiento, incluso de un gen especial del amor, etc. como también se habla “del gen de Dios” “gen de la creatividad, etc.

Cuando preguntaban a Freud sobre los vericuetos del amor, no tenía empacho en decir que se preguntara a los poetas, a los artistas. ¿Por qué dar esa respuesta y no ceder a la tentación de desplegar una suerte de maestría explicativa sobre qué es el amor? ¿Será que al explicar se reduce? ¿Será el amor un imposible de explicar, de asir?

Al explicar el amor sucede lo mismo que con los chistes, se le pierde el chiste: aquello que podría producir las risas y carcajadas más intensas, se escurre diluyéndose en explicaciones serias y ordenadas, a la manera de números o incisos clasificatorios. Hay quienes gustan de la poesía pero no de las sesiones explicativas o críticas sobre la misma. Pues ese otro lenguaje que habla sobre el lenguaje de la poesía, se pretende serio y formal, no juguetón y lleno de figuras como aquello que va tejiendo lo mismo la poesía que los chistes. Por ello al desplazar la pregunta sobre el Amor hacia los artistas y poetas, Freud estaba asegurando el carácter enigmático del Amor, la imposibilidad de decirlo todo de una buena vez; eso que después Jacques Lacan dijo refiriéndose al carácter inherente del medio-decir de la verdad (Le mi dire de la verité) pues faltan palabras para ello. Lo mismo el Amor, es un imposible de asir.

La actividad clínica psicoanalítica se centra en el Amor. No para explicarlo o reducirlo, sino para tomarlo como motor de su experiencia. Ahí donde otros dicen un montón de tecnicismos des-afectivizados (relaciones de pareja, adicciones, problemas de conducta, trastornos de carácter, conflictos sexuales, problemas académicos, etc.) el psicoanálisis aborda el malestar y sufrimiento desde el Amor (Amor a si mismo, Amor a otros, Amor a algo, Amor al trabajo etc.) como una posibilidad de sostenerse en la vida a partir de una posición singular de hacer y de vivir.

El milagro del Amor no puede ser descifrado a completud, pues se desvanecería al instante. Es decir, no a la manera del desciframiento del mapa del genoma humano. Pero no por ello abandonamos la posibilidad de decir dos o tres cosas sobre el mismo.

El Amor es un milagro que irrumpe creando un hueco, a partir de una grieta que no termina de abrir y cerrarse a voluntad. No hay palabras suficientes, abandonamos todo intento por buscarlas, se habla con lo que hay, con lo que se dispone. Si en la obra de Freud se menciona a la sexualidad como origen de todos los malestares, no es en tanto sexualidad reducida a las nociones biológicas de libros, sino a la sexualidad como Eros. De ahí que hablar de sexualidad en psicoanálisis es hablar del Amor con todas sus implicaciones y consecuencias. De “eso” que no está dado de nacimiento, pues hemos perdido toda regulación instintiva, y que tiene que devenir en la interacción con la cultura, con la lengua que nos ama: la lengua materna que nos nombra, nos llama y consuela; e inscribe el cuerpo erógeno en el simple organismo desarticulado. De ahí que el Amor sea un imposible de asir, completa y directamente, sino por rodeos y rodeos, alusiones y juegos; de perderse jugando para encontrarse. Donde la apuesta de todo Amor podría ser: ¿Se desea seguir jugando?

Monday, August 11, 2008


UN CASO DE DROGADICCIÓN DESDE UNA

REDUCCIÓN BIOPOLÍTICA

para muestras basta un botón



por
Camilo Ramírez Garza

El día de hoy lunes 11 de agosto se da a conocer la noticia de que el cantante y actor mexicano Pablo Montero "fue detenido... por violar el programa de desintoxicación de drogas al que se vio sometido en Estados Unidos, y podría pasar un par de semanas en reclusión.
"Según fuentes del cantante, el coahuilense acudió a una Corte de Miami como cada mes desde el año pasado, cuando fue detenido por conducir erróneamente y portar restos de cocaína en el vehículo, pero el juez Jeffrey Rosinek reveló que los resultados del más reciente control antidrogas fueron positivos."A lo que declaró el actor: "Fue un consumo muy mínimo y me arrepentí en el momento, quisiera pedirle una nueva oportunidad, estoy entregado 100 por ciento a esto -al tratamiento- por mi familia, mi hijo y mi trabajo", solicitó el cantante antes de ser esposado.Sin embargo, la fiscalía rechazó la petición, por lo que el cantante permanecerá en prisión al menos hasta el miércoles, mientras sus abogados buscan la manera de reducir el castigo por la violación del programa.Montero aceptó someterse voluntariamente el año pasado al programa de desintoxicación para evitar un proceso legal que muy probablemente lo llevaría a la cárcel. Tras un examen antidoping mensual, Montero salió positivo también en marzo, lo cual causó la molestia del juez Rosinek, quien no obstante le dio una nueva oportunidad al mexicano." (EL NORTE. 11/08/08)
Lo que me interesa señalar en esta ocasión es respecto a la imagen que se muestra arriba: en ella aparece el cantante-actor a un lado de quien suponemos su abogado defensor, éstos rodeados de personas en la clásica sala de audiencias y juicios en EUA. Nada de eso es fuera de lo normal, solo al ver en segundo plano, como en esas imagenes de figura-fondo regularmente asociadas a la psicología de la gestal también conocida como psicología de la forma, es que en el fondo, específicamente en una de las paredes de un costado se aprecia una imagen que podría catalogarse como anatómica. En ella aparece el dibujo de un torso de un varon con ropa, pero superpuestas, imágenes de órganos internos, lo que se nombraría como transparencias desde la teoría y ténica de los test proyectivos, como el DFH.
Se pueden identificar el tracto digestivo, desde el esófago hasta los intestinos; pulmones, páncreas, higado, etc. El dibujo es coronado en la parte superior por la inscripción: ALCOHOL. Es curioso si tomamos en cuenta la posición del título de la imagen, diferente a la que se utiliza en el campo del arte. Ante lo cual podríamos aventurar alguna idea al respecto: len las imagenes o cuadros médicos el discurso preferencial o dominante (del poder, diría Foucault) es el que da forma a la imagen, es decir, es la palabra de la biopolítica con todas sus armas y estrategias (tecno-mercado-medicina) la que interpreta, es decir, la que dicta como se debe tomar una imagen, pretendiéndose constiuirse como "la verdad". Mientras que el en campo de las artes es la producción del artista, incluso éste haciéndose a un lado, la que habla; si acaso este deja un resto de su paso por su propia obra que ya no es más suya, sino posee cierta autonomía, poniéndole un nombre, un título, con el cual darle al observador un contexto para ver y apreciar su obra. Pero que culquiera sabe -salvo los muy legalistas y ortodoxos en el campo del arte, como pueden ser algunos criticos- que la interpretación del artirsta no es para nada "la intepretación" "la única verdad posible"
Lo cual pensando en la lógica biopolítica de la drogadicción la imagen se pretende des-afectivizaro o des-erotizar la relación de quien consume con su sustancia, predominando un punto de vista médico que victimiza a la totsalidad del organismo o a partes del mismo: "mira lo que le haces a tus órganos cuando...tomas, fumas, inhalas cocaína, etc." "pobres de ellos? ; incluso, por qué no pensarlo también en la relación de la ley que funda el deseo: ante la prohibición y la sentencia de el programa de desintoxicación se pone en marcha el mecanismo que haría emerger y con más fuerza la imparable pasión por las drogas.
En vez de advertir la pasión que une a alguien con su sustancia, con su amor-quimico. Así como para alguien es la comida, el juego, la bebida, etc. ¿No es acaso el mercado el primero en desear compradores asiduos y más asiduos, en otro lugar llamados adictos, que se les haga creer que "eso" que compran les hara gozar?
¿No son acaso esas estrategias explotadas por la mercadotecnia las mismas que estructuran el deseo humano: un deseo que se basa en la frustración y en la permenente promesa de un mundo, carro, cuerpo, felicidad...mejores, con una dosis de vida y muerte veladas pero intensamente presentes, tal el caso de consumo de sustancias, industria automotriz...? ¿De dónde toman su fuerza impulsora si no es de la promesa de poder tocar al menos unos breves instantes la intensidad del borde que separa la vida y la muerte? Pensémos en la velocidad, las drogas, las apuestas, cuidado de la salud, ejercicio....¿No son acaso todos ellos objetos que producen una cierta experiencia intensa?

Wednesday, August 06, 2008


MURIENDO A EXCESO DE VELOCIDAD


por
Camilo Ramírez Garza


Unos instantes antes de que cambien las luces del semáforo, arranca a toda velocidad que casi se estampa con otro que no se ha detenido ante la luz ámbar. Mientras otros a gran velocidad surcan las avenidas sin freno alguno. Después de todo la misma ingeniería vial se ha diseñado para quitar semáforos y bollas, so pretexto del “tiempo perdido” en embotellamiento (pasos a desnivel, puentes viales, etc.) mismos que otrora regularan la velocidad. Ahora todo mundo, o la mayoría, avanza a gran velocidad, siempre hay prisa, siempre hay premura, que pensar en disfrutar la lentitud de un paseo se vuelve imposible. Ya no se sabe esperar.

Recientemente en un lapso de dos semanas acontecieron fatales accidentes automovilísticos, justamente en una avenida, como lo es la Ave. Garza Sada, en donde recientemente se realizaron diversas adecuaciones (puentes elevados y en desnivel) a fin de eliminar los semáforos y agilizar la vialidad. Por lo que un automovilista al transitar por dicha avenida viniendo de la Ave. Félix U. Gómez, Morones Prieto o Constitución, se encuentra con un solo semáforo enfrente de la colonia Nuevo Repueblo, posibilitando desplazarse hasta la carretera nacional sin freno alguno. Motivo por el cuál la autoridad vial se ha dado a la tarea de instalar diversos agentes que monitoreen la velocidad de los automovilistas, mediante la medición de la velocidad vía radar.

Independientemente de la regulación de la autoridad, me interesa comentar, en este breve espacio, respecto a la pasión por la velocidad que tiene como efecto la muerte al volante. Partamos de la pregunta elemental: ¿Por qué manejar a altas velocidades? Alguien podría responder que por prisa, después de todo el mandato actual es “¡No hay tiempo que perder!” (Trabajo, escuela, diversión) todo se realiza deprisa. Si así fuera el caso, tendríamos que pensar que entonces nuestras premuras podrían ser peligrosas: se tiene tanta prisa por llegar aprisa, pero justamente esa prisa puede hacer anticipar o adelantar la muerte. De ahí la sabiduría del dicho: “Voy despacio que llevo prisa” El cual reconoce lo gozoso de la prisa y la urgencia, ¡La emoción! Y justamente por ello sugiere el freno, es decir la regulación del acceso directo al goce total, a fin de poder llegar, mantenernos con vida.

Es justamente porque la velocidad pone en juego el exceso de la vitalidad, primero de la máquina y después la propia, mediante la ilusión de ser-uno-con-la-máquina, de ahí la sensación de alcanzar la “libertad” al acelerar el automóvil, sentir la vida en el borde de la muerte. No por nada Andy Warhol, artista norteamericano representante del Pop-Art plasmará en diversas obras el accidente de automóvil. Así como también James Dean dará culto a la velocidad, al grado de perder la vida por es misma pasión. Basta con ver cualquier comercial de automóviles: todos son manejados a altas velocidades, al tiempo que se garantiza una excesiva seguridad. ¿Y no será que por sentirse tan seguros, se escurre por ahí el peligro, por la misma excesiva confianza de acelerar y acelerar al cabo las bolsas de aire frontales, las cortinas de aire, los censores, frenos ABS, harán su función? Y ¿Qué no decir de todas las medidas de la biotecnología (operaciones, fármacos, prótesis, seguros de gastos médicos, etc.) que pueden recibir al accidentado, dándole la ilusión de que es posible arreglarlo todo? ¿Acaso todo es remplazable?

Morir al volante constituye un exceso de pasión por la velocidad, produce lo mismo que mirar desde una gran altura: algo se suscita en el terreno de gozar inmensamente (in-mensamente, ¡mensamente!) al quitarle todo freno y regulación al acceso al goce, mediante el encanto del mercado que manda: ¡Tienes que gozar! ¡Ser lento es feo, aburrido! ¡Todo debe de ir en un dos por tres…en infinitum! Lo cual deja desprotegido y puede encaminar hacia la muerte; mientras que la restricción al introducir la frustración posibilita desear y experimentar culpa, y por lo tanto reparar, en si, ser una protección frente al deseo sin borde ni limitantes (goce) que en el caso vial es la función que desempeñan los semáforos y las bollas o topes.

camilormz@gmail.com


Tuesday, July 22, 2008


PADRES Y MAESTROS EN FUGA

Por

Camilo Ramírez Garza


A menudo padres de pacientes me hacen preguntas acerca de lo que “deben” hacer al respecto de una situación particular con su hijo o hija: es mejor hacer esto o esto otro; cuál es la llamada de atención correcta y efectiva, el castigo idóneo, la disciplina a seguir, en última instancia, ¿Cuál es la forma adecuada de educar a un hijo, a una hija?...o cómo interpelaría Jacques Lacan ¿Qué es ser padre?

En la actualidad, más que en otros tiempos, existen demasiadas nociones sobre el conocimiento especializado, los expertos y especialistas abundan. Que dar una opinión desde el sentido común pareciera una acción imposible, pues habiendo tantos expertos habría que preguntarles a ellos. De ahí que uno de los efectos del conocimiento especializado, la impotencia del resto. Que en el caso de la función paterna y docente se mantiene la ilusión de que se requeriría más información para elegir estrategias más idóneas. Cuando se obvia lo esencial: ¿Quién es ese –hijo o alumno- para mí? Para después plantearse: ¿Cómo me las voy a ingeniar para sacarlo a delante? Pues todo maestro y padre es un tipo de amo, un tipo de autoridad, de autor creador.

Freud decía que regularmente cuando se discuten temas sobre física o ingeniería nadie duda en ceder el uso de la palabra a los expertos, pero tratándose de psicología todos opinan, pues todos somos capaces de construir ideas respecto a nuestra vida, el humano, la sociedad, lo divino, lo político, etc. En sentido más elemental, todos poseemos una psicología en tanto todos hacemos psicología desde el momento en que buscamos e interpretamos nuestra realidad circundante: todo Yo es delirante, pues construye conocimiento, sentido.

El problema actual (la llamada declinación de la función parental) que afecta a maestros, padres, ¡A toda figura de autoridad! es la de pretender dar lo que el otro quiere y no lo que necesita. Que esa es más bien la lógica que organiza el mercado: decirle al otro lo que debe hacer (desear, comprar, ser, preocuparse, etc.) Que esté a gusto y conforme, como un cliente o usuario más. En vez de que sean –en el caso de la educación- el esfuerzo y las frustraciones las que vayan ejerciendo su influencia en el aprendizaje de responder a las consecuencias de los propios actos.

Pareciera que la educación actual es una educación sin consecuencias, pues algunas de ellas se consideran peligrosas o violentas; los maestros y padres ya no encaran los problemas, sino que se des-implican gracias a los discursos “especializados” ¿Será el cerebro? ¿Tendrá TDAH? ¿Será una cuestión genética? Llevando al sujeto a hacerse a un lado de toda responsabilidad de sus actos bajo la bandera de la “baja autoestima” “los problemas emocionales, psicológicos”, neurológicos, genéticos, etc. No digo que las dificultades no existan, ¡claro que existen! Pero precisamente por que existen en un contexto particular (ante alguien) es que se deben atender ahí donde surgen, en la casa y en el aula, y no remitir todo a “otros lugares” Y no me refiero solo al hecho de referir al el especialista (psicólogo, neurólogo, genetista, etc.) para que desde su fantasía (la del maestro y del padre y madre de familia) el especialista “arregle todo” y devuelva a un alumno aplicado que haga las tareas, ponga atención en el salón, tienda su cama, respete a sus mayores, cumpla con las labores del hogar, no tenga miedo, siga las reglas, sea crítico ante la vida, etc.

¿Qué es lo que le daría usted a su hijo o hija? ¿Lo que el o ella quiere o lo que necesita?¿Qué haría usted, estimado lector, lectora, para formar hijos que aprendan de sus experiencias, que puedan ser independientes, que se las puedan ingeniar con la vida, incluso cuando usted ya no esté? ¿Qué es lo que usted, padre, madre, maestro desea para esos niños y jóvenes que tiene ante usted? ¿Cómo se las arreglará usted para, aún y contando con la orientación de un especialista, encarar la educación de su hijo o alumno de una manera activa, proponiendo algo? Pues incluso, con presencia de dificultades psicológicas, neurológicas o genéticas, la influencia que se puede ejercer desde la experiencia familiar y docente es vital para salir adelante.

camilormz@gmail.com

Wednesday, June 25, 2008


Bullying: el otro “amadodiado” y el “yotro”


Por

Camilo Ramírez Garza

Quines leen éstas líneas asisten a un acontecimiento sin igual que me llena de alegría: la invención de dos conceptos, es decir dos neologismos a partir de los cuales, en calidad de artefacto, podemos abordar algo “con nuevos ojos” o más bien con nuevas herramientas, como lo es el lenguaje: estos conceptos son, “amadodiado” y “yotro” Mismos que nos permitirán abordar algo que está en juego en el llamado Bullying: el otro.

A manera en como Freud aborda en “El chiste y su relación con lo Inconsciente” eso traumático que no desea reconocerse y que se desplaza a otras figuras del lenguaje, sirviéndose del juego de palabras, tomemos dos Witz (en alemán Witz se traduce al español como “chiste” pero posee otras acepciones: humor, agudeza, perspicacia; refiriéndose a esas ocurrencias que “ponen el dedo en la yaga” y que en nuestra lengua nombramos retruécanos, refranes, adagios, adivinanzas, albures, madreadas, cabúl fino, calaveras, taponedas, etc.) juegos de palabras que hacen vehículo a eso traumático que es imposible de agotar (significar) como lo es la sexualidad (amor) y la muerte, para aproximarnos a entender lo que está en juego en eso que se ha llamado, Bullying –con todas sus variantes- o acoso escolar.

“Portamos en el cuerpo eso que ustedes llevan dentro; los hacemos sentir dioses”
Dice José Emilio Pacheco, Fenómenos

“¡Y lo único que no te perdono es que no estés aquí para poderte decir….!”
Dice una mujer atormentada, personaje de un chiste grafico salido de la pluma de Quino.

En ambos Witz´s aparece ese otro, al que se le pega, insulta, agrede, odia pero igualmente se necesita (ama) para que esté ahí para recibir algo, ¿Un regalo? ¿Un insulto?; cumple un papel especular: ser ese otro necesario con el cual constituirse-acompañarse. Para que haya un Yo tiene que haber un no-Yo, el otro. “Al verte entonces sé algo de lo que deseo” Lo humano se constituye por la mirada de ese otro especular, que nos mira, habla, toca, acaricia, nos ama, nos odia, ese otro llamado en psicoanálisis lacaniano, el gran Otro (madre, cultura, Dios, etc.) Diferenciado del otro con minúscula, el semejante, el par. Desde donde proviene la rivalidad, lo mismo que la ambivalencia.

Al decir Sartre que “el infierno son los otros” basta con retomar la noción psicoanalítica básica: “El yo es otro” se constituye exo- (desde afuera) por la mirada y escucha de quines van haciéndole un cuerpo, al tiempo en que se asume la propia imagen, tanto en el espejo como en el “espejo” de otros. De ahí que lo que se mira y supone en otro, no es más que el propio mensaje venido desde afuera, de manera inversa –dirá Lacan. Lo más extraño (alien) será lo más propio, lo más familiar. “Lo que soy yo mismo no puedo verlo/Lo que veas en mi no puedo esconderlo” dicen los estribillos de “Desfile de antifaces” de Fernando Delgadillo. De ahí que la discriminación sea la puesta en escena del odio al goce del otro; a las formas de gozar (vivir, trabajar, disfrutar, etc.) que le son propias y que se “envidian” ¡Que calan por los ojos! que provocan el deseo que se clava por vía de la mirada.

De ahí que se precipite la agresividad como “ese” lugar que atrapa en la imagen especular del otro: el otro me mira, el otro me dice, el otro me observa, el otro me odia, el otro me critica, el otro es débil, el otro me mete el pie, el otro se ríe de mí, el otro se burla, el otro debe de morir….¿No será acaso también el lugar del otro, ese que se desea ubicar preferencialmente como el lugar del malestar por excelencia? ¿Si estoy mal es por los otros, yo soy una simple y desprotegida víctima más? ¿Y si cambiamos las expresiones anteriores por es las de amadodiado y el yotro? Vemos entonces que en el otro siempre hay algo de yo, al igual en el amor algo de odio.

camilormz@gmail.com




Friday, June 20, 2008

La Educación a la luz del Psicoanálisis
(1a parte)
Por
Camilo Ramírez Garza
Llamamos malestares escolares a aquellas situaciones que suceden en el contexto educativo y que representan dificultades tanto para la labor que ahí se pretende, como para las personas que ahí convergen: alumnos y maestros. Dificultades que –tal cual fue señalado por Freud- junto al psicoanalizar y gobernar, el educar comprende una de las tres actividades imposibles, que nos plantean problemáticas (retos) a solucionar como parte de sus quehaceres cotidianos.

Algunas de dichas dificultades aparecen como efecto de las transformaciones del ámbito educativo afectando los lugares y funciones de los que ahí participan, que a ejemplo de la empresa busca homologar sus procesos mediante las lógicas de calidad educativa, tal como regula las del mercado, así como por la declinación de un tipo de autoridad que otrora hiciera funcionar las cosas. Hoy los discursos políticamente correctos (derechos humanos, víctimas, etc.) plantean la democracia y transparencia a todos los niveles, que ejercer la docencia en estos tiempos se vuelve una tarea titánica, pues antes se podía resolver en lo privado situaciones que hoy tocan el ámbito público, como lo es decidir el castigo a un alumno que he hecho algo en la escuela, por parte de un noticiero vespertino que hace enlace en directo y llama a la sociedad y diferentes secretarías a emitir su juicio, a la par de que consulta con los expertos, que como bien lo señaló André Bretón, “lo saben todo, pero nada más”.

Es en este contexto donde se presentan dichas dificultades. ¿Cómo cuáles? Alguien le dijo o insultó a alguien; que un niño no quiere trabajar, que se porta mal, que tiene problemas de conducta, que tiene problemas de autoestima, que no pone atención, que no hace las tareas, que se la pasa distraído todo el tiempo, etc. etc. expresiones que si notamos a detalle, funcionan como lugar común que nos dejan sin saber nada, por lo que habría que analizar el caso en lo particular: 1) ¿Qué se dice que hizo el niño o niña en cuestión? 2) ¿Ante quién? 3) ¿Eso que se dice que hizo, cómo lo entiende, como lo toma quién ahí funge en el papel de la autoridad, maestro, directivo, padres, etc.)? 3) ¿Cuál fue la respuesta del maestro ante lo que hizo su alumno? Es decir, ¿Cómo encaró el maestro (padres, gobernantes, etc. cualquier persona en el lugar de autoridad) “eso” que se presenta como una dificultad en su práctica? 4) ¿Cómo respondió el alumno? Es decir cuáles fueron los efectos.

Tales puntos pueden orientarnos en nuestra labor docente, posibilitando responder a eso que sucede que se considera problemático; más que sacarnos de ella refiriendo con un especialista al alumno (pues incluso aunque el alumno sea remitido con el psicólogo el maestro no queda anulado respecto a la función de educar) es plantearnos encarar, es decir, implicarnos en lo que sucede ante nosotros, en última instancia todo maestro ante el cual se presenta una x problemática debiera preguntarse: ¿Cómo me toca, qué me plantea eso que el alumno hace? ¿De qué forma participo también yo-maestro-padre-directivo-autoridad, etc. en eso de lo cual digo que es un problema en mi trabajo y función? ¿De qué forma respondo (me hago responsable) de lo que sucede?

Preguntas que inscriben lo que acontece en un contexto determinado (escuela, casa, etc.) Ya que a menudo la consideración a priori de un “problema que alguien trae” bajo diferentes figuras neurológicas, genéticas, psicológicas y la familiares, en donde se le adjudica “el problema” a algo más (una enfermedad) fuera de la competencia de quien “ve” lo que sucede (los maestros y padres a menudo dirán que es un problema de la familia, del cerebro del niño o de la escuela) des-implicándose de responder ante lo que su alumno hace, es decir, lo más elemental: proponer algo para solucionar el o las cosas que son mis problemas de mi práctica, y no “los problemas” a secas de ese alumno.
La Eduación a la luz del Psicoanálisis
(2a parte)
por
Camilo Ramírez Garza
En el actual contexto educativo se presentan dificultades que les son propias de las mismas características que lo estructuran y pretenden organizar, en ese sentido, las dificultades son un efecto, más que una problemática que se pretende ajena y extraña. Tal como lo ha mostrado el psicoanálisis, lo más ajeno y extraño es lo más propio. Cada sociedad y escuela producen los alumnos que se merecen. Pero no en el sentido solo de castigo que viene de un agente externo, sino como consecuencia de las prácticas que le son propias, sea que reconozcan estas o no.

Una de las dificultades que a desde siempre se comenta es el predominio de la memorización por encima de la comprensión por parte del alumno (¿También del maestro?) de los contenidos del curso; que éste solo está buscando “pasar” la materia sumando porcentajes en vez de atravesar por una verdadera experiencia de aprendizaje en donde desarrolle habilidades que lo faculten para desplegar su acción en el campo laboral. Que los alumnos asistan a clases movidos por el deseo de aprender y no que estén al limite de faltas y calificaciones mínimas aprobatorias, etc. Para explicar semejantes malestares educativos se arguyen a diferentes lugares comunes, desde la pérdida de valores, pasando por la baja autoestima, hasta la poca responsabilidad y condena de ésta generación, etc. etc. Sin embargo si atendemos seriamente al hecho que se proponía anteriormente, cada institución educativa, cada escuela produce cierto tipo de alumnos, tendríamos que plantearnos la pregunta ¿Cómo participa la escuela en ese síntoma que algunos de sus alumnos padecen?

Llama la atención que es justamente la misma escuela la que se organiza matemáticamente en base a los criterios de evaluación. Es el mismo sistema que plantea ponderaciones. Y eso apunta al centro del asunto ¿Cómo es que, por un lado se plantean como requisitos para “pasar” la materia cierto número de asistencias y calificaciones mínimas aprobatorias, y por otro lado se espera que sean las excelsas virtudes trascendentales y búsqueda de la sabiduría las que debieran avivar la voluntad de los alumnos al asistir al salón de clases? ¿Cómo esperar un afecto diverso? ¿Cómo vincular al alumno durante su formación con los requerimientos de su campo laboral de la actualidad, si éste no va a disponer precisamente de un trabajo en donde desplegar dichas habilidades?

Ciertamente que la escuela desde su invención ha crecido aritméticamente. Motivo por el cual se han realizado disposiciones, programas, políticas educativas, criterios de acreditación, competencias para cada área y grado, sin embargo lo que se debe de transmitir la escuela no está en los programas estandarizados que homologan los procesos de presentación de información, calificación y evaluación, que tienen el objetivo de agilizar la administración de información (¿Qué, cómo, cuándo se hace que cosa?) es decir, no vendrán de la cuantificación de la experiencia de aprendizaje, sino del vínculo particular donde se produce esa experiencia que es el aprendizaje: la relación entre el alumno y su maestro. En donde cada uno participa de cierta forma especial: el maestro mirando y significando a sus alumnos, deseando algo para ellos más allá de la sola acreditación de la materia, en ese sentido, solo aquellos docentes apasionados con su función podrán transmitir algo, ser modelo que sostenga y permita un acompañamiento con sus alumnos. Pues el maestro, al igual que el psicoanalista, transmite más por lo que es que por lo que dice. Aquí cabría que cada maestro se planteara la pregunta en singular, para cada alumno ¿Quién es mi alumno(a) para mí? ¿Cómo participo en su problema? ¿Cómo puedo participar e involucrarme en la solución de su problemática? Qué, más que “pasarle la pelota” a otro, incluso especialista ¿Cómo encarar dicha situación desde la función que nos vincula?

Monday, June 09, 2008

SEMINARIO:

¿ Y AHORA QUE… ?
a cargo de:
Camilo Ramírez Garza
*



DIRIGIDO A: estudiantes y egresados de facultades de psicología

FECHA: jueves 12 de junio 2008
HORARIO: 18:30-21:30 hrs.
LUGAR: Café 16mm. Serafín Peña 746 Sur. Entre Padre Mier y Matamoros. Centro de Monterrey

COSTO: $ 200 pesos (Café o refresco incluido)

INFORMES:
83 46 20 09
Celular 0448 11 501 97 39
camilormz@gmail.com

ARGUMENTO:

Las realidades superan toda teorización. A menudo quines terminan sus estudios universitarios carecen de lo más elemental: ¿Cómo buscar y conseguir un trabajo? ¿De qué? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuánto?...

Interrogantes con las cuales se intenta abrir la experiencia laboral: ofrecer los conocimientos y saber-es que uno supone que posee. Como toda experiencia, hay que transitarla para advertir sus efectos; no hay a priori garantizado, todo es una búsqueda, cambio y apuesta, nada está dado.

Con ese talante nos disponemos abordar, por vez primera, acerca de la experiencia de buscar empleo en un campo particular como es el “psi”[1] Pues ¡No hay nada escrito! o al menos es tan privado y exclusivo que no circula en lo público, de eso no se habla ni se enseña, ¿Cómo cobrar? ¿Cuánto cobrar? Parecieran temas malditos, proscritos de ciertos ámbitos. En el contexto de la postmodernidad en donde lo seguro es lo inseguro; los puntos de apoyo (trabajo seguro, ahorro, seguridad laboral, etc.) se flexibilizan al grado de tambalearse; solo quines asuman ese riesgo podrán inventarse otras vías para subsistir y proponer algo, desplegar una práctica; los que no, se quedarán pegados padeciendo los efectos de ese malestar llamado homogenización de procesos, conocida también con el nombre malévolo de “calidad en el servicio”

* Licenciado en psicología (UANL) Maestría en psicología clínica. Especialidad en psicoterapia (UANL) Doctorando en Artes y Humanidades (ICAHM) Docente y supervisor área clínica. Facultad de Psicología (UANL) Escritor periódico El Porvenir. Atención clínica psicoanalítica a niños, jóvenes, adultos. Miembro Sociedad de Criminología Capítulo Nuevo León. Miembro de Anemos, clínica psicoanalítica. Blog: “Entre broma y broma…la verdad se asoma” http://camiloramirez-garza.blogspot.com


[1] ¿Se tratará en verdad de un campo? ¿Será acaso tal noción –la de lo psi- la que introduce ciertas dificultades y malestares en la búsqueda de empleo del egresado en psicología, quien intenta hacerse de un trabajo, labrarse un nombre en el ámbito laboral?

Thursday, May 15, 2008

SOBRE EL BULLYING:
¿EL ÚNICO AMOR POSIBLE?
por
Camilo Ramírez Garza

Ya en otro artículo (“Sobre el llamado Bullying, ¿A quién se pega cuando se pega? El Porvenir/Cultural, p.3 25/07/07) abordamos algunas referencias en torno a la agresividad, componente inherente de toda pulsión humana, diferenciándola de la sola tipificación de violencia; llamando la atención en el hecho de que el amor y el odio son dos caras de la misma moneda. “Del odio al amor solamente hay un paso” reza la sabiduría popular.

Esa noción que recientemente se ha introducido con la palabra en lengua inglesa Bullying y los angilisismos buleado, buleador, etc. para dar cuenta de algo que sucede en el ámbito escolar y que tiene que ver con los golpes y las burlas a alguien, ahí donde otrora “el cabul” “el choteo” “la carrilla” “el carro” dibujaran una realidad diferente. Al ser una generalización –el bullying- que homologa cuanta agresión suceda en la escuela, no contempla la singularidad de cada situación, es decir, ¿A qué le pega alguien cuando pega a otro? Pues se trata de un acto singular. No todo el mundo “ve” y “le pega” a lo mismo. Las preguntas se responden de manera singular. En ese sentido ambos, tanto el que pega como el que es pegado, poseen un vínculo especular, en donde el otro es mi reverso, sea como manifestación o materialización de la agresión o como polo pasivo en donde se “ve” que algo se porta, pero justamente ahí donde se pone algo por la mirada de quien mira, el terreno de “lo no visible”. En ese sentido, quien golpea mantiene un lazo con “eso” que ve del otro, haciéndole mirada, y que busca atacar; “¿Te haz dado cuenta de cómo me mira ?… Me mira como diciéndome…” Las interpretaciones se multiplican al por mayor, cada quien debe reconocerse en “eso” que le hace mirada (que odia-ama) y le implica un acto de ataque, de golpe o de burla a “eso” del otro que me concierne (“Solo lo semejante conoce a lo semejante” dice Aristóteles) y que por lo tanto es compartido. Lo más extraño y lejano, es al mismo tiempo lo más propio. “Donde ello era Yo debo devenir” –ha dicho Freud. En ese sentido por ejemplo, aquel que dice cosas a la fealdad, defectos, incapacidades de otro, de igual forma participa de “eso” que ataca (ama-odia) en el otro, también se siente marcado por eso que supone en el otro, su fealdad e ignorancia, ser looser, etc., ya que se recibe el propio mensaje pero de manera inversa, -a planteado Jacques Lacan. Como lo ha propuesto la sabiduría popular en nuestra lengua: “El león cree que todos son de su condición

Si decíamos que el amor y el odio son dos caras de la misma moneda, entonces preguntamos ¿Es el bullying el único amor posible en la escuela? Incluso yendo más allá, ¿Son aquellos golpes que un esposo u esposa dirige a su cónyuge, la única pasión (afecto) que le puede otorgar? ¿A qué se pega cuando se pega? ¿Qué se mata cuando se mata? Interrogantes que apuntan hacia la búsqueda del sentido del golpe, del insulto, del ataque al otro, (¿Por qué el otro me es molestamente peligroso? que no es más que otra forma de vincularse con lo “aberrante” no reconocido de sí mismo: algo veo en ti que me mira y me señala, por eso debe de desfallecer, acabarse, morir.

Si por otro lado, la noción del bullying es inscrita en la de la victimología de los cuentos estrechos donde solo existen “buenos” y “malos”, los derechos humanos, “la victima y su verdugo”, historias simples y huecas donde parece ser más el desfogue condenatorio su objetivo, entonces no estaremos advirtiendo su sentido, es decir, su anudamiento, el lazo entre quines ahí convergen y se implican: quien da algo y recibe igualmente algo ante las miradas de quines solo cuantifican los datos, delimitan, depuran y correlacionan variables, a fin de pretender hacerlas desaparecer “oportunamente” mediante una actividad preventiva, por demás patética, que en primera instancia da risa a quines ahí conviven bajo esos formatos: golpes al cuerpo como registro en lo Real de ese otro, especular, como una cierta insignia con un dejo de nostalgia que no se resiste a olvidar y rememorar a ese gran Otro, demandándole que finalmente haga algo.

camilormz@gmail.com